Se trata de juntar objetos de manera compulsiva -sin límites- y de la dificultad o imposibilidad de deshacerse de ellos. Esta situación puede afectarlos en su vida cotidiana, pues los objetos, muchos inútiles, viejos o sin uso, comienzan a llenar su hogar e incluso pueden llegar a dificultar el tránsito por la casa.
Aunque el paciente no la vive como una enfermedad, la acumulación compulsiva fue integrada al DSM V (Manual de Diagnósticos de Patologías Mentales) en 2013. Está vinculada al trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Es importante diferenciar el síndrome del acumulador del apego de algunas personas con determinados objetos. Cada situación responde a causas y estructuras psíquicas diferentes y, por lo tanto, los tratamientos para abordarlos también varían.
Los objetos acumulados comienzan a ocupar espacios de la vivienda de la persona, dificultando el normal tránsito por la casa, tanto de él, como de los otros habitantes del hogar.
La persona que es acumuladora compulsiva, guarda una gran cantidad de objetos, incluso algunos de poco valor o utilidad.
Acumulador vs. Coleccionista
Los acumuladores no buscan exhibir sus pertenencias, a diferencia de los coleccionistas, que suelen mostrar orgullosos sus objetos, además de tenerlos ordenados, clasificados y cuidarlos para que se encuentren en perfecto estado.
La dificultad de tirar
A los acumuladores compulsivos les cuesta mucho categorizar y organizar sus pertenencias, pues les parece que todos sus objetos son importantes y no pueden ser desechados.
A las personas con esta compulsión se les dificulta deshacerse de los objetos. Y no suelen sentir alegría al adquirir objetos nuevos.
Los acumuladores compulsivos se pueden sentir violentados si alguien trata de tocar, cambiar o eliminar algunos de sus objetos. Para ellos, sus pertenencias terminan siendo parte de sí mismos y les brindan una sensación de seguridad.
Los acumuladores pueden incluso aislarse de su entorno de familiares y amigos, pues llegan a sentir vergüenza de invitar personas a su hogar. Ellos pueden estar conscientes del desorden, pero aún no saben cómo evitarlo o solucionarlo.
¿Por qué no deshacerse de objetos?
– Creen que los pueden necesitar en un futuro cercano.
– Sienten un profundo apego emocional a sus objetos.
– No son capaces de discernir qué sirve aún y qué no.
– Pueden sentir temor de perder un objeto valioso.
¿Hay solución?
Es necesaria la orientación psicológica y psiquiátrica para ayudar a los acumuladores compulsivos a ir eliminando, poco a poco, los objetos que no sirven, los que ya no son útiles y aquellos que tienen de más entre sus pertenencias.
Claves para tratar a un acumulador:
– Respeto.
– Compresión.
– Reflexión.
– Generar confianza.
Autor del texto: Lic. Mónica Muruaga. Psicóloga y Terapeuta Corporal.
Publicado 23 de agosto de 2015